cosas raras que pasan cuando se sale de la biblioteca

A unas cuadras de casa, por la diagonal que uso para ir al centro, hay una estación de servicio donde alguna vez inflé la bici. Hay un playero que está a la noche y que las dos o tres veces que fui me ofreció ayuda. Todos los domingos, cuando voy para el trabajo, a las 11: 50 de la noche, el tipo mira por la ventana y me saluda cuando paso en la bici, y yo le devuelvo el saludo. Y con ese gesto amistoso, yo me voy con una sonrisa al trabajo, y a él, quizás, se le acorte la noche.

No hay comentarios.: