¿y si la piedra fuera una mujer?¿y si la roca escondiera las sinuosidades firmes de unas piernas, un vientre curvo, unos hombros estrechos? ¿y si sísifo al empujar la piedra hacia la cima viera el rostro definido de esa mujer?
sísifo la lleva entre sus manos en un abrazo pétreo. suben. sísifo tiene los brazos plegados, los codos señalando la planicie arcillosa, rojiza, seca a uno y otro lado, las palmas de las manos curvadas en un contacto devoto sobre la redondez de la roca ( de la mujer )
cuando llegan a la cima, la piedra cae danzando.
sísifo la observa rodar y entre el sudor que le cae por la cara le cae una lágrima
( y a la lágrima, se la seca el viento )
sísifo condenado eternamente.
rojiza la mujer danzando la lágrima
triste baja la ladera triste ( y ) ansioso por volver a empezar. cuando llega al lado de la roca, y sueña que la empresa es posible, le acaricia la cabeza, le recorre el rostro, y vuelven a subir.
sísifo la mira
extasiado, perdido, fascinado,
eternamente
y despliega discursos y gestos. cada tanto suelta unas palabras y espera crispado alguna respuesta. pero no hay respuesta posible más allá de esa conexión silenciosa. sísifo que lo acepta sin entenderlo más que en parte, se entrega devotamente a esa conexión, a ese sonido circular, a la sensación de la piel petrificada rodando bajo sus manos.
(y el rodar de la piedra, el sonido grave y profundo, el contacto, le contamina todos los juicios)
sísifo la lleva entre sus manos en un abrazo pétreo. suben. sísifo tiene los brazos plegados, los codos señalando la planicie arcillosa, rojiza, seca a uno y otro lado, las palmas de las manos curvadas en un contacto devoto sobre la redondez de la roca ( de la mujer )
cuando llegan a la cima, la piedra cae danzando.
sísifo la observa rodar y entre el sudor que le cae por la cara le cae una lágrima
( y a la lágrima, se la seca el viento )
sísifo condenado eternamente.
rojiza la mujer danzando la lágrima
triste baja la ladera triste ( y ) ansioso por volver a empezar. cuando llega al lado de la roca, y sueña que la empresa es posible, le acaricia la cabeza, le recorre el rostro, y vuelven a subir.
sísifo la mira
extasiado, perdido, fascinado,
eternamente
y despliega discursos y gestos. cada tanto suelta unas palabras y espera crispado alguna respuesta. pero no hay respuesta posible más allá de esa conexión silenciosa. sísifo que lo acepta sin entenderlo más que en parte, se entrega devotamente a esa conexión, a ese sonido circular, a la sensación de la piel petrificada rodando bajo sus manos.
(y el rodar de la piedra, el sonido grave y profundo, el contacto, le contamina todos los juicios)
1 comentario:
jajaa! digno de una estudiante de letras. muito boníto.
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